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D.O. Ribera del Duero

La Ribera del Duero es una de las grandes zonas de producción de vinos y en una de sus partes se extiende la D.O. Ribera del Duero, con mas de 2000 historia de producción de vinos, la denominación como hoy la conocemos, surge de la unión de diversos viticultores y bodegueros que apostaron por las especiales características de la zona para la optima producción de vinos de calidad, esto ocurrió en 1980, consiguiendo la categoría de Denominación de Origen en 1982.

La Denominación de Origen Ribera del Duero se encuentra a caballo entre las provincias de Burgos, Valladolid, Segovia y Soria. La zona de producción engloba 19 municipios situados en la zona este de Valladolid, 5 del noroeste de Segovia, 59 en la zona meridional de Burgos (en esta provincia se concentra la mayor parte del viñedo con unas 10.000 has.) y 6 en la parte occidental de Soria.

Hoy en día esta zona acoge bodegas de prestigio internacional y presume de la denominada Milla de Oro, donde se agrupan bodegas de gran nivel. Su bandera es la uva Tempranillo, que en esta zona se denomina Tinto Fino, aunque se mezclan otras variedades en menor proporción para la mejora de las mezclas.

Las uvas permitidas en esta DO son:

Tintas
Tinto Fino (Tempranillo), Garnacha Tinta, Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec.

Blancas
Albillo Mayor.

Características Generales de los vinos:

Rosados: La mayoría son de color cereza claro, afrutados y sabrosos, aunque en ocasiones pueden resultar algo alcohólicos y pesados. La nueva tendencia es crear vinos de color rosa pálido o incluso cobrizos de aromas más sutiles y pasos por boca más.

Tintos: El producto por excelencia de la denominación. Elaborados fundamentalmente a partir de la variedad tinto fino (tempranillo), suelen presentar un color cereza intenso. En la nariz, se caracterizan por sus aromas a frutos muy maduros, con gran carácter de hollejo y que normalmente pueden recordar el olor de la tinta, aunque también aparecen vinos jóvenes con notas rústicas. La crianza en barrica permite que estos vinos potentes se redondeen y adquieran mayor elegancia. Y es que sus sólidos taninos y buena estructura les convierte en excepcionales productos para el envejecimiento en madera y botella. Al paladar, los tintos de la Ribera se ofrecen potentes, con cuerpo y un buen equilibrio entre alcohol y acidez.